El Día de María, Madre de Nuestro Señor
(English Version at the bottom)
El quince de agosto es un día muy especial para mí, una
de mis favoritas festivales del año litúrgico, el día de María, Madre de
Nuestro Señor. Posiblemente es un poco
sorprendente, debido al hecho que soy un pastor de la Iglesia Luterana. Pero es verdad.
Hace once años, el ocho de agosto, 2004, me ordenaron
como pastor, y al mismo tiempo me instalaron como pastor de las congregaciones
de la Santísima Trinidad y de San Juan, en Sidney y Fairview, Montana, EEUU. El próximo domingo, 15 de agosto, yo iba a
predicar mi primer sermón como pastor ordenado.
Y fue muy normal que esta tarea debería ponerme nervioso. Nada mas de ser estudiante, trabajando en la
iglesia bajo la autoridad de un pastor veterano. Ahora la responsabilidad sería mío. Quería hacer una buena impresión. Quería servir a mis congregaciones bien. Yo iba a estudiar mucho y preparar cuidadosamente. Las lecturas del día fueron, por supuesto,
las de María, Madre de Nuestro Señor.
Muy bien, tenía muchas ganas de estudiar y escribir, para que pudiera
proclamar el evangelio con dulzura y potencia.
Pero, el próximo día, 9 de agosto, mi suegro se
murió. En vez de una semana de estudios,
1,300 kilómetros de carretera, un funeral triste, especialmente para mi esposa
y nuestros hijos, y entonces otro 1,300 kilómetros para volver a Sidney. Mucho tiempo en el coche para pensar, pero no
puedo conducir y leer al mismo tiempo, ni escribir. Llegamos al hogar el viernes, completamente
agotados. Tuve el sábado para preparar
el sermón.
Gracias a Dios, el tema
fue María, Madre de Nuestro Señor. Porque
es un tema que casi predica en
sí. De
verdad, tenía mucha ayuda de Martín Lutero, quien predicó y escribió muy bien
sobre María. Se puede leer un ejemplo de esto aquí.
Si se me hubiera preguntado del tema de María al
principio de mis preparaciones para ser un pastor, solamente habría pensado en
la Navidad, y posiblemente del Magníficat, que a mí solamente era una canción
en la liturgia que, por falta de practicar, me parecía difícil a cantar. Pero si leemos la Biblia cuidadosamente,
encontramos mucho más de la Virgen María.
Descubrimos que ella es más que solamente un instrumento por quien Dios
ha avanzado un parte de su plan de salvación.
Sin dudo, solo debemos acreditar a María las cosas que la Biblia le
acredita, pero no debemos perder la riqueza de su ejemplo de cómo vivir como
cristiano.
Hoy solo quiero hablar de tres facetas de María, su
ejemplo de fe, su perseverancia en el sufrimiento, y el enfoque de su
visión.
Respondiendo el ángel Gabriel,
le dijo a María: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será
llamado Hijo de Dios. 36 Y
he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y
este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 37 porque
nada hay imposible para Dios.
38 Entonces María dijo: He aquí la sierva
del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. San Lucas 1:35-38
¿Qué tipo de fe es esto? ¿Qué podemos aprender de esta confesión de
María, su aceptación de esta palabra increíble?
Bueno, cuando estudiamos las palabras de su canción, cuando pensamos en
las palabras, María
guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón, cuando
consideramos como María continuó siguiendo y amando a su Hijo Jesús, aun al
punto de mirar a Él, colgando y muriendo en la cruz, entonces entenderemos esta
verdad, que María fue un estudiante de la Palabra de Dios. ¿Por qué no desmaya ella cuando vio al
ángel? Porque ella sabía de la Palabra
que Dios envió los ángeles a su pueblo muchas veces. ¿De dónde vino la canción tan preciosa qué
cantó a Elisabet? Lea 1 Samuel 2, a la
canción de Ana, y escuchará los mismos temas de que María cantó. ¿Cómo perseveró ella, cuando todo el mundo
atacó a su Hijo, y aún le abandonó su Padre celestial? Porque ella confió en la promesa del Padre,
proclamado por Gabriel, que su Hijo será el Santo de Dios, el Rey Eterno de
Israel, el Salvador del Mundo. De la
Palabra de Dios, por el poder del Espíritu, María recibió y también ejerció su
fe, nos dando quizás el mejor ejemplo en todo la Biblia.
Y también María nos da un ejemplo tremendo, como también
nos da San Pablo, de la perseverancia
en sufrimiento. Los sufrimientos de San Pablo fueron más
activos: ataques desde los judíos, de cristianos falsos y del mundo, ataques
provocados por su proclamación del evangelio puro. Los sufrimientos de María, por otro lado,
fueron más pasivos y internos, sufrimientos causados por su amor a Jesús: el
sufrimiento de buscar a Él sufriendo, sin poder de
ayudar, sin poder de detenerlo. Y, por
la gracia de Dios, ella continuó, por su fe en las promesas dado a ella, y al
todo el mundo, promesas dado en su Hijo, el verdadero Hijo de Dios, hecho
hombre. También nosotros cristianos de
hoy muchas veces vemos maldades en el mundo, sufrimientos de inocentes,
sufrimientos de nuestros queridos, y muchas veces no tenemos el poder de
detenerlos. Pero, como María, podemos
perseverar, por el poder del amor de Dios.
Podemos perseverar, cuando tenemos el mismo enfoque que
tenía María. Ella es un personaje tan
amable y precioso, hay una tentación muy grande a enfocar demasiado en
ella. Pero, debemos ver la verdad que ni
la Biblia ni María en su ejemplo nos enseñan a enfocar en ella. Porque el enfoque de la Biblia, y de María,
es Jesucristo, el Cordero de Dios, quien solamente quite el pecado del
mundo. Él es la esperanza de todos, la
esperanza ofrecido por las escrituras, la esperanza de María, y también Él es tu
esperanza. Porque Él ha quitado los
sufrimientos, los débiles, y los pecados de todos, llevándolo a la Cruz, donde
destruyó su poder de dañarnos. Esto es
el enfoque de la Biblia, de María, y, en un misterio grande, esto es el enfoque
de Dios sí mismo: a declarar a todos el perdón de todos los pecados y el regalo
gratuito de salvación eterna, la salvación de Cristo para todo el mundo, para
María, y para ti.
María, llevando Jesús en su seno, declaró: desde ahora me dirán bienaventurada todas
las generaciones. (San Lucas 1:48)
Treinta años más tarde, una mujer en la muchedumbre, escuchando las
enseñanzas de Cristo, proclamó: Bienaventurado el vientre que te
trajo, y los senos que mamaste. (San Lucas 11:27)
Muy bien dicho, y verdad. Pero
Jesús, queriendo enseñar algo aún mejor, respondió: Antes bienaventurados
los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
(San Lucas 11:28)
Mi primer sermón como pastor era muy fácil a escribir, porque en María,
Dios nos ha enseñado mucho. Mi oración
para ti en este día, como prediqué hace 11 años, es que Dios te bendiga con
oídos que oyen, un corazón lleno de fe, y ojos enfocados en Cristo Jesús, las mismas
bendiciones que dio a María, para que, con ella, podamos recibir a Jesucristo,
y vivir con Él en gozo y paz siempre, Amén.
The Day of Mary, Mother of Our Lord
August fifteenth is very special day for me, one of my
favorite festivals of the liturgical year, the day of Mary, Mother of Our Lord. Perhaps this is a bit surprising, due to the fact that I am
a pastor of the Lutheran Church. But it's true.
Eleven years ago, on August 8, 2004, I was ordained as a
pastor, and at the same time I was installed as pastor of Trinity and St. John
Churches in Sydney and Fairview, Montana, USA. The next Sunday, August 15, I would preach my first sermon
as an ordained pastor. It was
very normal that this task should make me nervous. No more a student, working in the church under the
authority of a veteran pastor, now the responsibility would be mine. I wanted to make a good impression. I wanted to serve my congregations well. I was going to study hard and prepare carefully. The readings of the day were, of course, those for Mary,
Mother of Our Lord. Okay, I
really wanted to study and write, so I could proclaim the gospel with
gentleness and power.
But the next day, August 9th, my father-in-law
died. Instead of a week of studies, 1,300 kilometers of road, a
sad funeral, especially for my wife and our children, and then another 1,300
kilometers to return to Sydney. Plenty of time to think in the car,
but I cannot drive and read at the same time, nor write. We arrived home on Friday, completely exhausted. I had Saturday to prepare the sermon.
Thank God, the theme was Mary, Mother of Our Lord. Because it is a theme that almost
preaches
itself. Indeed, I had much help from Martin Luther, who preached
and wrote very well about Mary. You can read an example of this here .
If I had been asked about the subject of Mary at the
beginning of my preparations to be a pastor, I would have thought of Christmas,
and possibly the Magnificat, which to me was only a song in the liturgy that,
for lack of practice, I found it difficult to sing. But if we carefully read the Bible,
we find much more of the Virgin Mary. We
discover that she is more than simply an instrument through whom God has worked
part of his plan of salvation. Without doubt, we should only
give credit to Mary
for the things that the Bible credited her, but we must not lose her rich
example of how to live as a Christian.
I want to talk today of only three facets of Mary, her
example of faith, her perseverance in
suffering, and the focus of her vision.
But the angel Gabriel told Mary: The Holy Spirit
will come upon you and the power of the Most High will cover you with its
shadow; Therefore also the
holy one to be born will be called the Son of God 36 And behold thy
cousin Elisabeth, she hath also conceived a son in her old age.; and this is the sixth month for her who was called barren; 37for nothing is
impossible with God.
38 And Mary said,
Behold the handmaid of the Lord; let it be unto me according
to your word. Luke 1:35-38
What kind of
faith is this? What can we learn from this confession of Mary, his acceptance
of this incredible word? Well, when we study the words of her song, when we
think of the words, Mary kept all these
things and pondered them in her heart, when we consider Mary as she continued
to follow and love her Son Jesus, even to the point of watching Him, hanging
and dying on the cross, then we will understand this truth: Mary was a student
of the Word of God.
Why did she not
faint when she saw the angel? Because
she knew from the Word that God sent angels to His people many times. Where did the song come from that she sang so
beautifully to Elizabeth? Read 1 Samuel
2, the Song of Ana, and hear the same themes that Mary sang. How did she persevere, as the whole world attacked
her Son, when even His heavenly Father left Him? Because she trusted the promise of the Father,
proclaimed by Gabriel, that her Son is the Holy One of God, the eternal King of
Israel, the Savior of the World. From the Word of God, by the power of the
Spirit, Mary received and exercised her faith, giving us perhaps the best
example in all the Bible.
And Mary gives
us a tremendous example, as also Saint Paul gives us, of perseverance in
suffering.
St. Paul's sufferings were more
active: attacks from the Jews, false Christians and the world, attacks caused
by his proclamation of the pure gospel. The sufferings of Mary, on the other hand,
were more passive and internal, suffering caused by her love for Jesus, the
suffering of watching Him suffer, unable to help, unable to stop it. And, by
the grace of God, she continued, by faith in the promises given to her, and to everyone,
promises given in her Son, the true Son of God made man.
We Christians
today also see evil in the world, the suffering of the innocent, the suffering
of our beloved ones, and we often have no power to stop them. But, like Mary,
we can persevere, by the power of God's love.
We can persevere when we have the same focus as Mary. She is such a friendly and precious person, there is a
great temptation to focus too much on her. But we must see the truth that neither the Bible nor Mary
in her example teach us to focus on her. Because the focus of the Bible, and of Mary, is Jesus
Christ, the Lamb of God, the only One who takes away the sin of the world. He is the hope of all, the hope offered by the Scriptures,
the hope of Mary, and He is your hope. Because He has taken away all the
suffering, all the weaknesses, and all the sins of everyone, carrying them to
the Cross, where He destroyed their power to harm us. This is the focus of the Bible, the
focus of Mary, and, in a great mystery, this is also the focus of God Himself: to
declare to all the forgiveness of all sins, and the free gift of eternal
salvation, which is for all the world, and for Mary, and for you.
Mary, carrying Jesus in her womb, sang: From now on, all generations will call me
blessed. (Luke 1:48)now shall call me
blessed all generations. (Luke 1:48)
Thirty years later, listening to Jesus teach, a woman in
the crowd proclaimed, Blessed is the womb
that bore you and the breasts that nursed you. (Luke 11:27)
Well said, and true. But Jesus, wanting to teach something even better, responded:
Blessed
rather are those who hear the Word of God and keep it. (Luke 11:28)(Luke 11:28)
My first sermon as pastor was very easy to write, because
in Mary, God has taught us much. My prayer for you today is, as I
preached 11 years ago, that God will bless you with ears to hear, a heart full
of faith, and eyes focused on Jesus Christ, the same blessings which He gave to
Mary. I pray this so that with her we
may receive Jesus Christ, and live with Him in joy and peace forever, Amen.
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