después de Pentecostes está abajo, primero en Pentecost is below, first in Spanish,
español, entonces en inglés. then in English.
Vigésimo cuarto domingo después de Pentecostés, 8 de noviembre, A+D 2015
El Viudo Pobre y Generoso - San Marcos 12:41-44
Estando Jesús sentado delante del arca
de la ofrenda, miraba cómo el pueblo echaba dinero en el arca; y muchos ricos
echaban mucho. Y vino una viuda pobre,
y echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus
discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos
los que han echado en el arca; porque
todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que
tenía, todo su sustento.
¿Por
qué Jesús alabó tanto la ofrenda de la viuda?
Hace una semana celebrábamos la Reforma, el retorno de la iglesia al
verdadero evangelio de Cristo Jesús.
Como oímos del San Pablo el 31 de octubre, Pero ahora, aparte de la
ley, se ha manifestado la justicia de Dios, … la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que
creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la
gloria de Dios, siendo
justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en
Cristo Jesús, … Concluimos,
pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.
El corazón de la doctrina de Cristo es que nuestras obras no nos salvan,
sino que Dios nos salva por gracia y fe.
Salvación es un regalo de Dios, completamente gratuito y no merecido,
recibido por todos que creen que sus pecados son perdonados por causa de la
muerte y resurrección de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre.
Muy bien, buenas noticias. Pero
hoy, Jesús alaba a la obra buena de la viuda, que ella dio más que todo, aunque
el valor económico de su ofrenda fue muy poco.
Nos parece que Jesús nos da un estándar muy alto, que debemos dar a la
iglesia todo lo que tenemos.
Es
difícil de entender. Este es el mismo
Jesús quien también dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha
enviado, y en otro sitio Jesús dice, Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en
mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree
en mí, no morirá eternamente.
Cuando una vez sus discípulos expresaron asombro de qué difícil es ser
salvo, Jesús les respondió: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es
posible.
Con muchas palabras, y con su vida, muerte
y resurrección, Jesús proclamó que la salvación es por gracia, un regalo de
Dios recibido por fe, y no ganado por las obras. Pero hoy, Jesús alaba las obras de la mujer, la
viuda pobre, y a la vez aparentemente estableciendo “todo” como el nivel de
ofrenda que es aceptable a Dios. ¿Qué
pasa?
Nosotros esperamos que haya una vía de
escape de esta doctrina muy incómoda. No
queremos dar ofrendas como la viuda. No
queremos dar todos nuestros bienes a la iglesia. No podemos escapar la verdad, que a cerca de
la tema de dar a la iglesia, somos muchas veces egoístas, somos muy
avaros. Recitamos las palabras del Rey
Solomon justo antes de la ofrenda en la liturgia de la Palabra y Santa Cena: ¿quién
soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas
semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo
recibido de tu mano te damos. Recitamos
las palabras, ¿pero cómo son nuestras acciones?
¿Cómo están nuestros corazones acerca del tema de ofrendas?
Si el ejemplo de la viuda pobre y generosa
nos duele porque no somos dadores alegres, y por eso tenemos miedo que Dios no
nos ama, este sentimiento también es un don de Dios. Porque ser egoísta y avaro es un pecado
grave, peligroso, y común. Necesitamos
esta palabra de la Ley, para revelar el pecado que todavía existe en todos
nosotros. El amor al dinero es raíz de
muchos tipos de mal. Arrepiéntete.
Arrepiéntete,
y oye las buenas noticias, que aun este pecado está cubierto por la sangre de
Jesús. Cree, y no dudas: el perdón de
pecados y la vida eterna en el reino de Dios son tuyos. Porque el Viudo Pobre y Generoso ha dado
todo lo que tenía, para servir a su iglesia.
Hablaremos del Viudo Pobre y
Generoso en un momento. Pero antes, nota
bien que Jesús no dice que todos nosotros necesitamos dar
todos nuestros bienes a la iglesia. Ni
dice Jesús que la obra buena de la viuda es la causa de su salvación. Ella, como todos los hijos de Adán y Eva, fue
una pecadora, y requería la salvación que solo Dios podía ofrecer, la salvación
de Dios que es por gracia, un regalo dado en la persona de Cristo Jesús, un
regalo recibido al momento que se cree que por su muerte y resurrección, todos
los pecados son perdonados, y el cielo está abierto.
Además,
Jesús no alaba a ella solamente para darnos una palabra de la ley,
aunque claramente todos nosotros la necesitamos. Hay, al menos, una cosa más para nosotros en
esta historia. La viuda pobre y generosa
nos da un ejemplo, sí, pero aún más, ella nos ofrece una imagen del
evangelio. Porque ella dio todo, por la
causa de la iglesia de Dios. ¿Quién más
dio todo por el bien de la iglesia?
Jesús. Sí, claro que sí, Jesús dio todo por el bien
de la iglesia. Por eso, podemos llamarle
El Viudo Pobre
y Generoso. ¿Qué es
un viudo? Un viudo es un marido cuya esposa ha muerto. Y esto seguramente describe a Jesús, porque
Él es el verdadero Dios, el marido de Israel, el marido del pueblo de
Dios. Jesús es el marido de la iglesia,
que es su novia. Y por el pecado, por el
egoísta y la avaricia, y
por muchos otros pecados, la novia de
Jesús había muerto.
Para
resucitar a su novia, para dar nueva vida a su pueblo, a su iglesia, Jesús vino
a este mundo pecaminoso. El Hijo de
Dios, la segunda persona de la Santa Trinidad, eterno Dios de eterno Dios, se hizo
hombre,
un hombre pobre. Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció
y fue sepultado. El Viudo Pobre y Generoso
dio todo, y su “todo” no era solo un poco.
Jesús tuvo todo, todo honor y gloria y poder y gozo, en la diestra de
Dios Padre.
Todo esto Jesús lo dejó, su trono en gloria, su poder y majestad, dejando
al lado todos los bienes en el universo, para servir a nuestra necesidad. Su sangre te lava de todos tus pecados. Estás perdonado. Y por la resurrección de Jesús, ahora todas
vosotros tenéis una parte de todas sus riquezas, guardado para vosotros en el
cielo. Aún mejor, vosotros tenéis a
Jesús mismo, a quien sois conectados por vuestra fe bautismal. En Él tenéis el reino de Dios, y un futuro
glorioso y eterno. Con Jesús, todos
vosotros tenéis, con la viuda generosa, la Paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
y que guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús,
hasta la vida eterna, Amén.
Twenty-fourth Sunday
after Pentecost, November 8th, Year of Our + Lord 2015
The Poor and Generous Widower,
Mark 12:41-44
And (Jesus) sat down opposite the
treasury and watched the people putting
money into the offering box. Many rich people put in large sums. And a poor widow came and put in two small
copper coins, which make a penny. And he called his disciples to him and said
to them, “Truly, I say to you, this
poor widow has put in more than all those who are contributing to the offering
box. For they all
contributed out of their abundance, but she out of her poverty
has put in everything she had, all she
had to live on.”
Why did Jesus praise the widow's mite so much? A week ago we celebrated the Reformation, the return of the church to the true gospel of Jesus Christ. As we heard from St. Paul on October 31, But now apart from the Law the righteousness of God has been manifested, being witnessed by the Law and the Prophets, even the righteousness of God through faith in Jesus Christ for all those who believe; for there is no distinction; … For we maintain that a man is justified by faith apart from works of the Law. Romans 3:21-24, 28
The
heart of the doctrine of Christ is that our works do not save us, but rather God
saves us by grace through faith. Salvation is a gift from God, completely free
and unmerited, received by all who believe that their sins are forgiven because
of the death and resurrection of Jesus Christ, the Son of God, made man.
Okay,
good news. But today, Jesus praises the good work of the widow, saying that she
gave the most of all, even though the economic value of her offering was very
little. It seems to us that Jesus is
setting a very high standard, that we must give the church all we have.
It´s
hard to understand. This is the same Jesus who also said: “This is the work of God, that you believe in him whom he has sent.” In another place Jesus said, “I am the resurrection and the life; he that
believes in me, though he were dead, he shall live. And whoever lives and
believes in me shall never die.” And
one time, when his disciples expressed astonishment how difficult it is to be
saved, Jesus answered them, “With men it
is impossible; but with God all things are possible.”
With
many words, and with his life, death and resurrection, Jesus proclaimed that
salvation is by grace, a gift of God received by faith, not earned by works. But
today, Jesus praises the work of this woman, this poor widow, and apparently also
sets "all" as the level of offering that is acceptable to God. What's up with this?
We hope there is
a way out of this awkward doctrine. We do not want to give offerings like the
widow. We do not want to give all our wealth and goods to the church. We cannot
escape the truth, about the issue of giving to the church, we are often
selfish, we are all too often very greedy. Just before the offering in the
liturgy of the Word and Sacrament, we recite the words of King David: “But who am I, and who are my people, that we should be able
thus to offer willingly? For all things come from you, and of your own have we
given you. We recite
the words, but do our actions back them up? How are our hearts, when it comes to the subject
of offerings to the Church?
If
the example of the poor and generous widow hurts us because we are not cheerful
givers, and so we fear that God does not love us, well, this feeling is also a
gift of God. Because being selfish and greedy is a serious, dangerous sin, and all
too common. We need this word of the law to reveal the sin still exists within each
of us. The love of money is the root of many kinds of evil. Repent.
Repent, and hear the good news that even
this sin is covered by the blood of Jesus. Believe, and no doubt, the
forgiveness of sins and eternal life in the kingdom of God are yours. Because the
Poor and Generous Widower has given all He had to serve His church.
We
will talk about the Poor and Generous Widower in a moment. But first, note well
that Jesus does not say that we all need to give all our goods to the church.
Neither does Jesus says that the good work of the widow is the cause of her
salvation. She, like all the children of Adam and Eve, was a sinner, and needed
the salvation that only God could give, God's salvation that is by grace, a
given in the person of Jesus Christ gift, a gift received at the moment one believes
that by his death and resurrection, all sins are forgiven, and heaven is open.
Furthermore, Jesus praises her not only to
give us a word of the law, although clearly we all need it. There is at least
one more thing for us in this story. The
poor and generous widow gives us an example, yes, but even more, she offers us
a picture of the Gospel. Because she gave everything for the cause of God's
church.
Who else gave everything for the good of
the church?
Jesus. Yes, clearly, Jesus gave everything
for the good of the church. Therefore, we can call Him the Poor and Generous Widower.
What is a widower? A widower is a husband whose wife has died. And this
certainly describes Jesus. Because He is
the true God, Israel's husband, the husband of the people of God. Jesus is the
husband of the church, which is his bride. And because of sin, because of selfishness and
greed, and many other sins, the bride of Jesus was dead.
To resurrect his bride, to give new life
to His people, His church, Jesus came into this sinful world. The Son of God,
the Second Person of the Holy Trinity, eternal God of eternal God, became man,
a poor man. For our sake he was crucified under Pontius Pilate; He suffered,
and was buried. The Poor and Generous Widower His everything, his
"everything" was not just a little. Jesus had it all, all honor and
glory and power and joy, at the right hand of God the Father.
All this
Jesus left behind, His throne in glory, His power and majesty, laying aside all
the good things in the universe, in order to serve our needs. His blood washes
you clean of all your sins. You are forgiven. And in the resurrection of Jesus,
you now have a share of His wealth, laid up for you in heaven. Even better, you
have Jesus Himself, to whom you are connected by your baptismal faith. In Him
you have the kingdom of God, and a glorious eternal future. With Jesus, you all
have, along with the generous widow, the Peace of God, which surpasses all
understanding, and will guard your hearts and your minds in Christ Jesus to
eternal life, Amen.
No comments:
Post a Comment