Fiesta de la
Resurrección de Nuestro Señor Feast of the Resurrection of Our Lord
12 de abril,
A+D 2020 April 12, Year of Our + Lord 2020
Iglesia
Luterana, Cartagena y Sevilla,
España
La Noticia que
Domina The News that Dominates
San Marcos 16:1-8, 1 Corintios 15:51-57 St. Mark 16:1-8, 1 Corinthians 15:51-57
He aquí, os digo un misterio: la noticia que realmente domina el mundo
entero no es la del COVID19.
Un misterio es una verdad no fácil de
comprender, algo que parece imposible o falso, pero en realidad es posible y
fiable, aunque tal vez no podemos entender o explicarlo de una manera
satisfecha a nuestras preferencias. Un
misterio no conforma con nuestras expectativas naturales, sino que nos revela
algo mejor, algo más alto, algo divino.
No hay ningún misterio sobre cuál es el
tema que, aparentemente, está dominando el mundo entero hoy. Ayer vi una sorpresa, la noticia de que cinco
directivos del club de fútbol de Barcelona dimitieron en bloque, en protesta
contra el presidente por, no sé qué. No
me importa, no soy un “azulgrana,” pero me alegré de ver una noticia que no
tuvo que ver con el virus, o su impacto.
Ciertamente, parece que, como nunca antes en nuestras vidas, una sola historia
está dominando la vida, mente y corazón de toda la raza humana. Pero las apariencias engañan.
La realidad es que el COVID19, por toda su
importancia, no domina el mundo. Os digo
un misterio: lo que verdaderamente domina el mundo entero es la persona y la
voluntad del DOMINUS, la voluntad del SEÑOR Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Cierto que esto no es obvio a todos. Además, hay un montón de “pretendientes al
trono,” desde la ciencia, a la cultura popular de libertad sexual absoluta, a
la economía, a la hermandad de la humanidad.
Y ahora, un virus microscópico se presenta como el poder dominante en el
mundo. Pero no es así. El universo está guiado y controlado por
Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Él quien viene a nosotros hoy con una
pregunta sencilla, a través de San Marcos:
¿Qué significa el sepulcro vacío?
Aquí tenemos la cuestión clave.
La multitud de pretendientes al trono del
SEÑOR muestra en sí esta verdad. Estamos
siempre esforzándonos para justificarnos a nosotros mismos, y ante el
mundo. Defendemos ferozmente a nuestras
opiniones y sabiduría, mientras intentamos ignorar la justicia distinta que
está revelada por la tumba vacía.
Por ejemplo:
El participar, como hombre y mujer, en la creación de un
bebé es entre las obras más profundas que podemos hacer. Es participar en una obra divina, la creación
de nueva vida. Sin embargo, por causa de
nuestro rechazo natural al SEÑOR, protestamos que el sexo es un derecho de
placer para la felicidad de cada persona, un capricho individual. Verdad, nuestro placer a veces puede tener una
consecuencia, pero una consecuencia no tan importante, este bebé. Para defender nuestro placer, es
imprescindible que no dejamos que este pequeño ser, al principio de tamaño
microscópico, nos limite en nuestra libertad.
Hoy en día hay un alboroto constante intentando demostrar y justificar la
libertad sexual, lo que resulta en menos amor conyugal y familiar, menos bebés,
menos felicidad, y una tristeza profunda, que infecta a muchas más personas que
el COVID19.
Otro
ejemplo de un pretendiente al trono del SEÑOR es la economía. Mayormente, parece que hemos dominado la
destreza de sacar la comida y la ropa y el refugio de la tierra, es decir, de
construir y mantener una buena economía.
En vez de dar gracias a Dios por la cornucopia de bienes de la que
disfrutamos, nos imaginamos maestros del universo, ricos sin preocupación. El poder de un virus para desequilibrarnos en
esta área nos recuerda de la verdad que cada uno de nosotros dependemos
extremadamente de otros y de un sistema que no entendemos. Y si fracasara el sistema económica global,
muy pocos podríamos ganar nuestro pan de cada día sin sufrir mucha hambre.
Un tercer pretendiente es la cultura de
elegir la muerte. Somos seres atrapados
dentro de una perspectiva temporal muy limitada. Tan largo nos parece una vida típica de 70,
80 o 90 años, que no prestamos atención al hecho que cada uno marcha
diariamente a su fin. No tememos de
pensar en controlar la vida, desde elegir cuales fetos sean dignos de sobrevivir
el embarazo, hasta presionar a los ancianos que salgan del mundo antes de que
gasten demasiados recursos.
Pero viene al mundo un virus que nos
amenaza con una probabilidad de muerte no tan alta, tal vez alrededor de 1 por
ciento, aunque no tenemos certeza. Pero
hay un riesgo real, y de repente nos acordamos de la fragilidad de la vida, y
que, en el centro de nuestra naturaleza, tememos morir. Queremos vivir. Pero no sabemos cómo.
Hoy, el SEÑOR Dios, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, nos invita levantar nuestras cabezas, para ver la piedra grande removida
de la puerta de un sepulcro vacío, y contemplar: ¿Qué significa esta noticia? ¿Puede ser qué el SEÑOR, a pesar de todo lo
que nos parece tan imprescindible, nos está indicando que en verdad es Él que
tiene el control del universo? ¿Qué
significa la tumba vacía?
Bueno, un cínico, o un realista, o
simplemente una persona normal, podría oír la afirmación que Dios, Padre, Hijo
y el Espíritu Santo, está controlando todo y respondiera: “¡Qué Dios tan
malvado! Si de verdad tiene control de
todo, ¿por qué? ¿Por qué no haces que
las cosas sean mejores? ¿Por qué el
SEÑOR deja existir el COVID19, o el hambre, el abuso, y el odio? Si el carácter del SEÑOR es así,” dice el
hombre natural, “entonces no quiero nada que ver con Él.”
Para la persona que piensa así: He aquí, te
digo un misterio: Aunque es duro, estás
en el camino. Aunque estás enojado con
Dios, al menos Él ha captado tu atención.
Has sido despertado del sueño que algo o alguien otro domina el universo,
otro que el SEÑOR Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Ahora, escúchame, porque
con el sepulcro vacío, Dios quiere enseñarte la verdad, quiere mostrarte la
realidad, y su gran amor para contigo.
Demos gracias a Dios, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, que Él no sigue la forma de este mundo, nuestra forma de
pensar. Corremos de un lado al otro de
nuestra vida, o en estos días de aislamiento, de un lado al otro de nuestro
hogar, esforzándonos a encontrar una solución de los problemas de la vida, de la
inquietud y descontento que nos abruman tan fácilmente. Pensamos que podemos y debemos controlar
nuestro destino. Queremos controlar
nuestro destino. Queremos justificar
nuestra existencia, pero no podemos.
Porque el único destino justo y bueno es Dios mismo, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, la fuente de toda existencia.
La fuente de todo amor.
En amor el SEÑOR deja que el mundo, el
diablo, y nuestra propia naturaleza nos bofetean y nos hieren, esperando la
oportunidad de revelarnos el misterio tras la tumba vacía. No intentes penetrar a los misterios
inalcanzables. Cuando exigimos del SEÑOR
una explicación conforme a nuestra lógica y nuestras preferencias, perdemos
todo. Porque los pensamientos y caminos
del SEÑOR Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo son demasiado grandes para nuestro
entendimiento.
Hay un solo Dios, quien es tres, Padre, Hijo
y Espíritu Santo. No podemos cuadrar
este círculo. No podemos dominar este
misterio. Pero sí podemos adorarlo, y
confiar en ello. Porque, oculto en simple
vista, allí dentro del mismo Nombre de Dios, revelado a nosotros en el Bautismo
de Jesús, e impuesto a nosotros en nuestro lavamiento por el agua y el
Espíritu, allí encontramos el misterio del universo. En el Nombre Santo encontramos el poder que
domina y controla todo, para nuestro bien.
Y he aquí, os digo un misterio, este poder
no es ningún poder, según nuestro concepto, porque este poder es amor, el amor
que es el SEÑOR Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Todas las cosas malas de esta vida, el abuso,
el hambre, el frío y el calor insoportable, el miedo, la enfermedad, el odio,
la soledad y la muerte, todas estas cosas, para las cuales solemos acusar a
Dios, todas estas cosas el Padre, Hijo, y Espíritu Santo han resuelto. Son resueltos en la historia que domina el
universo, la noticia que nos está revelada en el sepulcro vacío.
Porque es el Padre que, en amor por la
creación destruida por la rebeldía humana, envió el Hijo, para emprender varios
misterios: su encarnación, su humillación, su servicio humilde, su sufrimiento,
su muerte sustitutiva, y su resurrección triunfante, misterios que resultan en
la tumba vacía, el icono del amor del DOMINUS.
El amor del SEÑOR nos otorga el intercambio feliz: nuestro pecado y muerte a Jesucristo, para
que recibamos su justicia y vida; nuestra vergüenza e impureza a Él, para
recibir su honor y santidad; nuestro exilio y aislamiento merecido, sufrido por
Él, para que recibamos una plaza en su reino, nuestro hueco propio en su
familia eternal.
He
aquí, os digo un misterio, en Cristo Jesús, crucificado, levantado y reinando
ahora mismo a la diestra de Dios Padre, tenemos garantizada esta promesa: No todos dormiremos; pero
todos seremos transformados, 52 en un momento, en un
abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final; porque se tocará la trompeta, y
los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
53 Porque es necesario que
esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de
inmortalidad. 54 Y
cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya
vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Devorada
es la muerte en victoria.
Hermanos y hermanas en Cristo, vivid estos
días de pandemia, y cada día del resto de tu vida terrenal, en y por la Palabra
del Espíritu Santo, que os limpia y os alimenta con el amor que es Dios, Padre,
Hijo y Espíritu Santo, y así podréis cantar con San Pablo: ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde,
oh sepulcro, tu victoria? 56 ya
que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57 Mas gracias sean dadas a
Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo, Amén, y
Amén.
¡Cristo ha resucitado! ¡El SEÑOR ha resucitado en verdad! ¡Aleluya!
Feast
of the Resurrection of Our Lord
April
12, A + D 2020 Lutheran Church Cartagena and Seville,
Spain
The
News that Dominates
Behold, I tell you a mystery: the news that
really dominates the entire world is not that of COVID19.
A mystery is a truth not easy to understand,
something that seems impossible or false, but in reality it is possible and
reliable, although perhaps we cannot understand or explain it in a way that
meets our preferences. A mystery does not conform to our natural
expectations, but reveals something better, something higher, something
divine.
There is no mystery as to what story is
apparently dominating the entire world. Yesterday I saw a surprise, the
news that five directors of the Barcelona football club resigned en bloc, in
protest against the president for, I don't know what. And I do not care, I
am not a Barcelona fan, but I was glad to see a news item that had nothing to
do with the virus, or its impact. Indeed, it seems that, like never before
in our lives, one story is dominating the life, mind and heart of the entire
human race. But appearances are deceiving.
The reality is that COVID19, for all its
importance, does not dominate the world. I tell you a mystery: what truly
dominates the entire world is the person and the will of the DOMINUS, the will
of the LORD God, Father, Son and Holy Spirit.
It is true that this is not obvious to
everyone. Furthermore, there are plenty of claimants to the throne, from
science, to the popular culture of absolute sexual freedom, to the economy, to
the brotherhood of humanity. And now, a microscopic virus is presented as
the dominant power in the world. But it's not like that. The universe
is guided and controlled by God, Father, Son and Holy Spirit, He who comes to
us today with a simple question, through Saint Mark: What does the empty tomb
mean? Here we have the key question.
The multitude of claimants to the throne of
the LORD shows itself this truth. We are always striving to self-justify,
to ourselves, and to the world. We
fiercely defend our opinions and wisdom, while trying to ignore the different
justice that is revealed by the empty tomb.
For example:
Participating
as a man and a woman in the creation of a baby is among the most profound works
we can do. It is to participate in a
divine work, the creation of new life. Nevertheless, because of our natural
rejection of the LORD, we protest that sex is a right of pleasure for the
happiness of each person, an individual pleasure. True, it can sometimes come with a
consequence, this baby. Therefore, to defend our pleasure, it is essential
that we do not let this tiny being, at the beginning of microscopic size, limit
us in our freedom. There is constant fuss trying to demonstrate and
justify human sexual freedom, resulting in less marital and family love, fewer
babies, less happiness, and a deep sadness that infects many more people than
COVID19.
Another example of a pretender to the throne
of the LORD is the economy. For the most
part, it seems that we have mastered the skill of extracting food and clothing
and shelter from the land, that is, of building and maintaining a good
economy. Instead of thanking God for the cornucopia of goods that we
enjoy, we imagine ourselves masters of the universe, rich without
worry. The power of a virus to knock us off balance us in this area
reminds us of the truth that each of us depends to the extreme on others and on
a system that we do not understand. And if the global economic system were
to fail, very few of us could earn our daily bread without suffering a lot of
hunger.
We
are beings trapped within a very limited time perspective. So long does a
typical life of 70, 80 or 90 years seem to us, that we do not pay attention to
the fact that daily each one of us marches to our end. We do not fear
to think about controlling life, from choosing which fetuses are worth to
survive the pregnancy, to pressuring the elderly to leave the world before they
spend too many resources. But a virus comes, that threatens us with a
probability of death not that high, perhaps around 1 percent, although we are
not sure. But there is a real risk, and
suddenly we remember the fragility of life, and that, at the center of our
nature, we fear dying. We want to live. But we don’t know how.
Today, the LORD God, Father, Son and Holy Spirit, invites us to lift up our
heads, to see the large stone removed from the door of an empty tomb, and
contemplate: What does this news mean? Could it be that the LORD, despite
everything that seems so essential to us, is indicating to us that it is He who
is in control of the universe? What does the empty tomb mean?
Well, a cynic, or a realist, or just a normal person, might hear the claim that
God, the Father, the Son, and the Holy Ghost, is controlling everything and
respond: “What an evil LORD. If you really have control of everything,
why? Why don´t you make things better? Why does the LORD allow
COVID19 to exist, or hunger, abuse, and hatred? If the character of the
LORD is like this,” says the natural man, “then I want nothing to do
with Him.”
For the person who thinks so, behold, I tell you a mystery: Although it is
hard, you are on the way. Although you are angry with God, at least He has
captured your attention. You have been awakened from the dream that
something or someone else dominates the universe other than the LORD God,
Father, Son and Holy Spirit. Now,
listen to me, because with the empty tomb, God wants to teach you the truth,
the reality, and his great love for you.
Let us thank God, Father, Son and Holy Spirit, that He does not follow the way
of this world, our way of thinking. We run from one side to the other of
our life, or in these days of isolation, from one side to the other of our
home, striving to find a solution to the problems of life, a solution to the
restlessness and discontent that so easily overwhelm us. We think that we
can and should control our destiny. We want to control our
destiny. We want to justify our existence, but we cannot. Because the
only just and good destiny is the God Himself, Father, Son and Holy Spirit, the
source of all existence. The source of all love.
In love the LORD lets the world, the devil,
and our very nature slap us and injure us, waiting for the opportunity to
reveal the mystery behind the empty tomb. Don't try to penetrate the
unreachable mysteries. When we demand an
explanation according to our logic and our preferences, we lose everything. Because the thoughts and ways of the LORD
God, Father, Son and Holy Spirit are too great for our understanding.
There is only one God, who is three, Father,
Son and Holy Spirit. We cannot square this circle. We cannot master
this mystery. But we can adore it, and trust it. Because, hidden in
plain sight, there within the very Name of God, revealed to us in the Baptism
of Jesus, and imposed on us in our washing by the water and the Spirit, is the
mystery of the universe. In the Holy Name we find the power that dominates
and controls everything, for our good.
And behold, I tell you a mystery, this power is not power, according to our
concept of power, because this power is love, the love that is the LORD God,
Father, Son, and Holy Spirit. All the bad things in this life, abuse,
hunger, unbearable heat and cold, fear, disease, hatred, loneliness and death,
all these things, for which we usually accuse God, all these things the Father
, Son, and Holy Spirit have resolved.
They are resolved in the history that dominates the universe, and that
is revealed to us in the empty tomb.
Because it is the Father who, in love for
creation destroyed by human rebellion, sent the Son, to undertake various
mysteries: his incarnation, his humiliation, his humble service, his suffering,
his substitutionary death, and his triumphant resurrection, mysteries that
result in the empty tomb, the icon of the love of the DOMINUS. The love of
the LORD grants us the happy exchange: our sin and death to Jesus Christ, so
that we receive his justice and life; our shame and impurity to Him, to
receive His honor and holiness; our exile and deserved isolation suffered
by Him, so that we receive a seat in his kingdom, our own spot in his eternal
family.
Behold, I tell you a mystery, in Christ Jesus, crucified, raised and reigning
right now at the right hand of God the Father, we have this promise
guaranteed: Not all of us will sleep; but we will all be
transformed, 52 in a moment, in the blink of an
eye, to the final trumpet; for the trumpet will be blown, and the dead
will be raised incorruptible, and we will be transformed.
53 For
this corruptible must be clothed with incorruption, and this mortal must dress
as immortality. 54 And when this corruptible
has clothed itself with incorruption, and this mortal has clothed itself with
immortality, then the written word will be fulfilled: Death is swallowed up in
victory.
Brothers and sisters in Christ, live these days of pandemic, and every day
of the rest of your earthly life, in and by the Word of the Holy Spirit, who
cleanses and nourishes you with the love that is God, Father, Son and Holy
Spirit. And so you will be able to sing with Saint Paul: Where, oh death, is
your sting? Where, oh grave, your victory? 56 for
the sting of death is sin, and the power of sin is the law. 57 But
thanks be to God, who gives us victory through our Lord Jesus Christ, Amen, and
Amen.
Christ
has risen. He is risen indeed,
Hallelujah!