Puntos Destacados
de los Estudios Bíblicos al fin de
Agosto.
Durante nuestra última estancia en
Madrid, para recoger nuestros permisos de residencia, Shelee y yo tuvimos la
oportunidad de reunir con algunos miembros y amigos de la congregación Emanuel.
Planeando para la Asamblea de toda la IELE que estará el 9-11 de
Octubre, también en Madrid, yo he sido pensando en cuestiones fundamentales
sobre la Iglesia. Por eso, elegí revisar
para los estudios un pasaje del libro de Hechos, capítulo dos, versículos 32 a
47. Este incluye el fin del sermón de
San Pedro en el Día de Pentecostés, y también los bautismos de 3.000 personas,
y una descripción de la vida de los primeros cristianos, perseverando en la
doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del
pan y en las oraciones.
Hablamos de muchos en los
estudios, muy divertidos y bendecidos.
No puedo hablar de todo, pero quiero mencionar algunos puntos
destacados.
En mis notas, quería enseñar
como ver la Santa Trinidad en versículo 32:
A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. En la primera vista, quizás solo vemos el
Padre, (Dios) y el Hijo, (Jesus). ¿Dónde
está el Espíritu? Buena pregunta. El contexto siempre domina el entendimiento
de las Sagradas Escrituras, y especialmente aquí. El contexto del versículo 32 es el Día de
Pentecostés, en que el Espíritu descendió en los Apóstoles en forma de lenguas
de fuego, dando a cada uno la capacidad de proclamar las maravillas de Dios en
idiomas antes desconocidos a ellos.
Ahora, desde este día, el Espíritu está presente por la proclamación de
los Apóstoles, como antes habló por las voces de los profetas. Entonces, en versículo 32, la presencia del
Espíritu se indica por las palabras: de
lo cual todos nosotros somos testigos. El
valor y poder de la testimonia en la proclamación apostólica viene del Espíritu
Santo, quien siempre acompaña a su Palabra.
Dos cosas
de esto. Primero, durante los estudios, varias
personas me enseña que la próximo versículo habla de la Santa Trinidad
también: 33 Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del
Padre la promesa del Espíritu Santo, (Jesús) ha derramado esto que vosotros
veis y oís. Además, el siguiente,
34, habla al menos del Padre y del Hijo.
De verdad, este pasaje habla mucho de la Santa Trinidad. Cuando leemos la Biblia con la idea de la
Trinidad en mente, vamos a ver que, aunque el formula “Padre, Hijo y Espíritu
Santo” solo aparece una vez en Mateo 28, y aunque la palabra Trinidad no aparece
ni una vez, la realidad y la doctrina de la Santísima Trinidad está en casi
cada página.
Segundo,
sin la verdadera doctrina de la Trinidad, no hay un evangelio. Si Dios no es Padre, Hijo y Espíritu Santo,
un solo Dios, pero también tres personas, entonces el Padre no pudiera enviar
al Hijo a ser nacido de la Virgen María, ni le diera a su Hijo en la Cruz para satisfacer
la Ley y pagar por todos nuestros pecados.
Si Dios no es Trino, entonces Dios no resucitó a Jesús, para revelar su
misericordia para todo el mundo. Si Dios
no es la Santa Trinidad, Jesús no derramó su Espíritu en los Apóstoles, y nosotros
no tenemos la voz de Dios entre nosotros cada vez que reunimos para oír las
Sagradas Escrituras. Si Dios no es
Padre, Hijo y Espíritu Santo, entonces nosotros no tenemos el perdón de pecados
y la promesa de vida eterna.
Pero sí,
Dios es Padre, Hijo, y Espíritu Santo.
Dios hecho carne, Jesucristo, es tu Salvador, no por nada bueno en ti,
pero por el amor y fidelidad de Dios, que ha hecho todas estas maravillas, para
que tu pueda ser su amado hijo, su amada hija, miembros de la familia eterna de
Dios, por el bautismo y la fe.
De verdad, la doctrina de la Santísima
Trinidad es buenas noticias, para ti, y para todo el mundo, Amén.